Desde el inicio de la historia de la humanidad, el hombre ha buscado satisfacer sus necesidades materiales, físicas y espirituales con el relacionamiento entre sus semejantes de manera asociativa en forma organizada y cooperada, generando un espíritu comunitario. La economía solidaria fue diseñada como una práctica económica y social, basada en principios de la solidaridad, cooperación, ayuda mutua y autogestión, donde se resalta la distribución igualitaria y proceso social.