El desplazamiento forzado, la ablación, la corrupción, la suprema pobreza y la etno educación demuestran puntos claves que logran identificar la problemática y la sintomatología que presentan los menores indígenas como
son: Muerte por desnutrición, falta de atención médica, prácticas ancestrales denigrantes
como la ablación, utilización de los menores como herramienta de trabajo (incluso como
objetos sexuales), trata de personas y prostitución, difícil acceso a la etno-educación e
inequidad de género. De continuar esta situación lo más probable es que la comunidad Ebera
desaparezca debido a la constante violación interna de derechos humanos que conlleva a la
pérdida de identidad cultural y al deterioro de su etnia dándose como resultado la mal llamada
“civilización” de su pueblo.