Publicación: Conductas sadomasoquistas no eróticas y estado de conciencia de las mismas en relaciones de pareja con mínimo una año de establecidas, conformadas por jóvenes con edades entre los 18 y 35 años de edad.
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Resumen
La investigación presentada en este texto relata la nueva percepción del sadomasoquismo en la actualidad, teniendo como base el trabajo con relaciones de parejas de jóvenes entre los 18 y 35 años de edad establecidas como mínimo un año de duración, que presentaran conductas sadomasoquistas no eróticas en su cotidianidad. Puede ser cierto que para algunos, ajenos a una relación sadomasoquista, puede resultar incomprensible el que dos personas que dicen amarse profundamente permitan que haya daño entre ellos. La agresividad es un ingrediente normal del deseo erótico con diferentes vertientes: la rabia más primitiva con tendencia a la somatización, con un componente neurofisiológico directo y con tendencia a la expresión indiscriminada y más inmediata, precede a la diferenciación entre el Self y el objeto. En cambio, el odio no tiene un correlato neurofisiológico definido, tiende a ser más persistente sí requiere de un objeto y aunque puede tener influencia de lo biológico, parece ser más bien una respuesta psicológica. Naturalmente en una relación de pareja el odio se expresa de diversas formas y con diferentes matices, de acuerdo con los conflictos de la misma y con el nivel de desarrollo de la personalidad de sus integrantes. Cuando el odio se instaura de manera permanente y como un estilo propio de la relación, entonces se habla de una relación sadomasoquista, la que adquiere el carácter de perversión si la sexualidad se encuentra a su servicio. El sadomasoquismo no puede seguir siendo asumido como una perversión sexual, sino también como un nuevo estilo de vinculación afectiva, que se viene presentando con gran fuerza en las relaciones de pareja. Teniendo en cuenta que todos poseemos en nuestro ser una dosis de perversión y que esta perversión llevara a asumir un rol pasivo o activo dentro de las relaciones que se presenten en la cotidianidad, entonces no es ilógico pensar que estas estén tomando un sentido sádico o masoquista no erótico.