Durante los últimos años, se ha venido presentado un aumento considerable en las tasas de conductas suicidas especialmente en poblaciones jóvenes entre los 10 a 25 años que han llevado a considerar el suicidio como un problema de salud pública que debe ser tratado con la mayor urgencia posible, no solo por las cifras alarmantes; sino por las causas (conflictos familiares, de pareja, laborales y sociales), y consecuencias (problemas psicológicos, emocionales y físicos) que esta genera sobre la salud física y mental de la población en general