Los jóvenes que asisten a las aulas universitarias presentan intereses que están más acordes con su edad y con las vivencias que les propone la sociedad que con sus intereses profesionales. Son jóvenes que manifiestan su interés por otro tipo de contenidos, muy diferentes a los que han vivenciado en la experiencia escolar previa. Martín Barbero, analiza la situación que vive la escuela desde la siguiente perspectiva:
(...) Todo lo cual nos está exigiendo pensar seriamente los desafíos que la tecnología le plantea hoy al sistema escolar, y cómo podría el sistema escolar asumir esos desafíos, no en forma suicida como lo ha hecho hasta ahora, sino dejándose interpelar, cuestionar y refundar porque a través de la tecnología quien desafía a la escuela es la propia sociedad (Martín Barbero, 2009, p. 5)