Publicación: La mujer dentro del conflicto armado.
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Resumen
En los periodos de guerra, conflictos armados y represiones políticas los estereotipos masculinos y femeninos se exacerban y con ellos las expresiones de dominación, exclusión, expropiación y violencia contra las mujeres. El reconocimiento de esta realidad y la implementación de medidas y políticas acordes con una justicia de género son una oportunidad para que la sociedad colombiana busque una nueva forma de interacción social en la que las salidas militaristas y de abuso de la fuerza pierdan preeminencia y den lugar a una interacción basada en una legitimidad de socrática en la que se reconozca la diferencia y se la proteja. Cualquier tipo de guerra cobra víctimas inocentes, niños, ancianos y mayormente mujeres. Los ejércitos invaden, saquean, maltratan, torturan, humillan y violan mujeres y niñas. Los cuerpos femeninos son el botín de guerra. La violación es usada para intimidar a la población, para demostrar quienes tienen el poder. Que llama la atención es que hoy en día estas actividades sean más frecuentes que ayer. Antes, por lo general, al desarrollarse una guerra se enfrentaban las milicias de cada bando, se descuartizaban, incendiaban, se ametrallaban y se bombardeaban. Bonito juego de hombres, no? En la actualidad, las milicias ya no son tan aguerridas y mucho menos temerarias sino son un compendio de inútiles, maracas y retrógrados animales que aprovechan su posición de poder para violar, asesinar y jugar con las víctimas a sus anchas; luego quizás deban comparecer ante un tribunal de guerra pero qué más da si con tranquilidad se puede argumentar delirios de guerra y otras estupideces. Los actores armados utilizan el cuerpo de las mujeres como botín de guerra para sembrar el terror en las comunidades, imponer control militar para obligar a la gente a huir de sus hogares y apropiarse de su territorio, vengarse de los adversarios, acumular "trofeos de guerra" y explotarlas como esclavas sexuales. La violencia sexual es utilizada como forma de castigo en las mujeres que supuestamente tienen algún tipo de relación afectiva con miembros del bando contrario o que se presume colaboran con el "enemigo". En este sentido, se usa como una forma de advertencia a las demás mujeres de la comunidad. La violencia sexual también es utilizada como forma de intimidación, castigo, represalia o presión para obtener información y para reprender a los varones que no trabajan para un determinado grupo ilegal. De acuerdo con el último informe de la ONG internacional Consejería en Proyectos, el hecho de que culturalmente los hombres no sean considerados propiedad de las mujeres hace que la violación no opere a la inversa, es decir, no se ejerce violencia sexual contra los hombres para castigar a las mujeres. Por tanto, la violencia sexual busca quebrantar emocionalmente a los hombres y poner en entredicho el modelo hegemónico de masculinidad en la comunidad en la que viven. En el conflicto armado se profundiza la discriminación. A través del cuerpo de las mujeres hay retaliación o venganza hacia el enemigo: son premios de guerra.