En la cátedra cotidiana de cursos de la malla curricular, que integran las áreas de ciencias básicas de ingeniería e ingeniería aplicada, se explicaban teóricamente conceptos fundamentales contenidos en los programas de curso. Para lograr aplicaciones acercadas a la realidad, era necesario llevar la imaginación del estudiante a contextos reales de producción, incluso desconocidos, y sobre estos contextos, enseñar en determinados campos conceptuales (Vergnaud, 1990), con la consecuente debilidad en el ser y en el saber hacer del estudiante (Tejada, Ruiz, 2016).